Fue una moda que, según dicen, vino desde los Estados Unidos, eso de hacer retiros en medios rurales; claro que allí lo solían hacer los ricachones, en estupendas instalaciones cinco estrellas, donde los trataban poco menos que a dioses, con un montón de sirvientes que se dedicaban a proporcionarles todas las comodidades posibles, en un escenario bucólico rodeados de exultante naturaleza (desde luego, una moda para pijos, que algunos de los de aquí, pijos también, adoptaron más que nada para no quedarse atrás).
Sin embargo, no son los ricos estadounidenses los creadores de esta forma de relajación, sino que hace mucho tiempo que los orientales inventaron lo que para ellos casi es una forma de vida. No hay duda de que religiones asiáticas como el budismo, el brahmanismo y el hinduismo, centradas en la espiritualidad interior de casa persona y en la consonancia con la naturaleza, fueron las propulsoras de la costumbre de sus adeptos de pasar largos períodos de tiempo a solas en plena naturaleza, llevando una vida pacífica y frugal (después de todo, hasta Jesús pasó días en el desierto en plan contemplativo, ¿no es así?).
Así, no es extraño que una parte del turismo rural se haya dedicado a establecimientos para hacer retiros espirituales. Estos centros de retiros se encuentran en plena naturaleza, como ya sabemos, dando lugar a un estilo de vida sano en un ambiente también sano, muy acorde con todas estas disciplinas orientales. A ello ayuda el realizar actividades de relajación como el yoga, y hay una parte muy importante que es realizar disciplinas que ayudan a aprender a meditar y a relajarse, todo en plan relajado y contemplativo. Claramente, no son actividades para espíritus inquietos, aunque a veces incluso ellos necesitan desconectar un poco de su rápido ritmo de vida, y centrarse en su yo interior para poner a punto su mente y su cuerpo.
Y si hay algo que ayuda a poner a punto el cuerpo, es la acción de ayunar. De alguna manera, el dejar de tomar alimentos conscientemente y de manera controlada ayuda a regenerar el organismo, causando una especie de formateo en nuestros órganos, muy beneficioso para ellos. El cuerpo elimina toxinas y echa mano de todas nuestras reservas de nutrientes, lo que hace que nuestro cerebro se active a la vez que activa todos nuestros sistemas orgánicos. Y es que el reducir la ingesta de alimentos, bien de forma total o de forma intermitente, se está demostrando que es altamente beneficioso e incluso recomendable.
Los ayunos, sin embargo, para que sean eficaces y puedan ejercer sobre nuestro cuerpo sus grandes efectos beneficiosos, deben hacerse de una manera controlada y supervisada por médicos. Y siempre, claro está, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada persona que quiera probarlo, sus necesidades y sus posibles afecciones. Pero, en general, hacer ayunos terapeúticos inciden directamente en el control de la obesidad, en la mejora de la función cardiovascular y renal, en la del sistema excretor e incluso en el control de la azúcar en sangre. Y según las creencias orientales, ayudan a olvidarse del cuerpo y centrarse en la mente, intentar gracias a las técnicas de respiración y meditación un estado de paz que incide directamente en nuestro bienestar.
En España ya podemos disfrutar de muchas localizaciones rurales dedicadas a los retiros, donde, como digo, la práctica el ayuno es algo muy común. Sólo acércate a tu agencia de viajes o abre cualquier web de turismo para descubrir la amplia oferta que podrás encontrar, seguramente muchas muy cercanas a tu domicilio habitual.
